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viernes, 30 de septiembre de 2011

San Cristóbal de las Casas, Palenque, Oaxaca, Puebla y Zacatecas…… así de corrido.

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Se cuenta  que cuando el Capitán James Cook llegó a lo que hoy se conoce como  Australia, agarró a un aborigen que pasaba por allí y le preguntó cuál era el nombre de ese extraño animal de patas traseras largas que saltaba y brincaba por el lugar.
El aborigen le contestó “kangaroo”.  Dirigiéndose a un escribiente que tenía al lado dijo; – Solander, apunta; el bicho ese que salta se llama kangaroo. Y Solander sabiendo cómo se las gastaba el capirulo dijo mientras adoptaba una postura acocada; -Apuntao queda….para la posteridad, ¡¡¡ole sus güebos mi capitán!!!. –No me seas pelota Solander, que no se me olvida que intentaste sodomizar a una cabra la semana pasada-. –La carne es débil mi capitán y en mi defensa diré que me estuvo provocando-. Lo que  no sabían por aquel entonces es que el aborigen en cuestión al contestar “kangaroo” en realidad le estaba diciendo; -No te entiendo guey!!!. ¿Qué a que viene esto?. Más abajo encontrareis la respuesta. ¿Qué porqué abro los últimos relatos con alguna anécdota?: Bueno, porque es un buen recurso literario y al fin y al cabo el blog lo escribo yo y pienso que esto lo hace menos anodino. Asín que comenzamos.
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Dejando Guatemala e internándonos sólo unos pasos en la tierra mexicana mi corazón parecía que iba a estallar y no precisamente por el perico. Es la tercera vez que pisaba territorio mexicano y sentía la emoción de volver a reencontrarme con las gentes que tan gentilmente me han tratado cada vez que he pasado por aquí. La primera parada sería San Cristóbal de las Casas en el estado de Chiapas. Esta bonita ciudad colonial ha cambiado bastante en los 8 años que separan mi última visita a la villa. En el recuerdo quedan los guerrilleros del EZLN paseando por las calles ataviados con los típicos pasamontañas y acompañados por su inseparable kalashnikov. Lo que en su momento fue la cuna y el alma de la revolución campesina, se ha transformado en una ciudad con calles peatonales donde se respira paz y armonía. Aún y eso, también se puede apreciar la herencia que dejó el sub comandante Marcos en la región ya que hay cientos de carteles y pintadas que anuncian que este sigue siendo territorio zapatista.
También se pueden encontrar tiendas donde venden todo el merchandainsin guerrillero, desde camisetas que hacen alusión a la revolución hasta pequeños muñequitos ataviados de guerrilleros, junto a banderas rojinegras. Hay que recordar que Emiliano Zapata partió de aquí para llevar a cabo la revolución de 1910 y que acabó con el encuentro del ejército del norte comandado por Francisco Villa (alias “el Pancho”) para derrocar al eterno gobierno de Porfirio Díaz. El sitio le debe su actual nombre a Fray Bartolomé de las Casas que fue obispo de la ciudad antes conocida como Ciudad Real de Chiapa y que gracias a la bondad y a la defensa que hizo el obispo de los indígenas quedó para siempre bautizada como actualmente se denomina. 
Como curiosidad añadiré que hasta el siglo XVII el estado de Chiapas pertenecía a Guatemala y que se independizó de este país  para entrar a formar parte del nuevo estado que se estaba formando al norte. Dado que es un lugar que el turismo tanto interior como exterior han hecho suyos, los precios se ajustan a tal coyuntura. Por suerte logremos un alojamiento cerca del centro sin tener que desangrar nuestros bolsillos. La distribución urbana de la ciudad no es nada diferente a la que tienen la mayoría de lugares que en su momento fueron significativos para la colonia.
El edificio de Gobernación, el Palacio Municipal y el antiguo Cabildo junto con la Catedral rodean la plaza central cuyo centro corona un quiosco donde se puede escuchar música en directo a partir de las 17:00 h. Al lado de la Catedral se encuentra otra plaza en la que  por la mañana sirven unos desayunos potentes y baratos y por la tarde sirve de lugar de reunión cuando la plaza mayor se encuentra llena. En la parte de atrás se encuentra el mercado de artesanos donde se venden productos típicos de la región. La calle mayor es peatonal y te lleva a los pies de la iglesia de San Nicolás situada en un cerro al que se accede por unas interminables escaleras. Como la visita no requiere de mucho movimiento por la proximidad de los lugares, optemos por contratar una excursión que en un día nos llevaría a Palenque, una de las joyas de la cultura maya.
La furgoneta nos recogió a las 06:30 h. En realidad teníamos que visitar tres lugares pero como los otros dos son un par de saltos de agua que no vale la pena mencionar me centraré en Palenque donde arribamos cerca de las 13:00 h. Al llegar, una marabunta de guías oficiales te asedian para conseguir que los elijas como tales. Dado que todavía tenía vivido el recuerdo de mi primera visita a estas ruinas optemos por hacer el recorrido por nuestra cuenta. A mi memoria venían los recuerdos de la niebla cubriendo el asentamiento hasta que el sol la disolvía para descubrir las construcciones de esta ciudad, de ir por medio de la selva y encontrar antiguas ruinas cubiertas por la vegetación que le daban al lugar un cierto aire de misterio, de los caminos de piedra de cruzar el rio Murciélagos por una endeble pasarela hasta llegar al Salto de la Reina y descubrir sus cristalinas aguas.
Bueno pues de eso no quedaba casi nada. El actual asentamiento de Palenque ha evolucionado hasta convertirse en algo parecido a todo lo demás. Si lo que me sorprendió en su momento fue el salvajismo y el poco desarrollo que había sufrido el lugar desde su redescubrimiento, ahora lo que me sorprendió fue su pulcritud y su organización dedicada exclusivamente a que los turistas no tengan que hacer ningún esfuerzo por ver los diferentes edificios y plazas que tiene el sitio. La hierba que crecía libre y sin control, ahora se encontraba limpiamente segada. Todos los edificios habían sido liberados de sus ataduras arborícolas para mayor deleite de las masas.
He de reconocer que aunque no me guste la actual imagen es mucho más accesible para todos los públicos. Durante casi tres horas no deleitemos con las antiguas construcciones que aún aquí te permiten visitar casi sin barreras y por lo tanto te puedes mover libremente por el interior de los palacios, subir a las pirámides y explorar los subterráneos.
Desgraciadamente, tanto nos recreamos en la visita que el tiempo voló de tal forma que nos encontramos en la parte opuesta a donde teníamos que estar con el tiempo justo para regresar antes de que la furgoneta partiera  sin nosotros.
La suerte nos acompañó y conseguimos agarrar un bus que nos dejaría en nuestro “meeting point”. Allí conocí a un viejito al cual no le quedaban más de cuatro telediarios que llevaba casi toda la vida ejerciendo de guía oficial. Dadas mis reticencias a lo hora de escoger a alguien que nos enseñara el complejo, optó por hurgar en la herida manifestando todo lo que él podía habernos enseñado. Intenté en todo momento hacerle entender que no siempre hace falta desembolsar una cantidad de dólares para disfrutar de los monumentos y que la historia hoy está escrita en internet. No tuvo otra que darme la razón y como premio a mi argumento me regaló una anécdota que paso a relatar. El primer español que visitó estas tierras, encontró a un indígena que pasaba por allá tan ricamente seguramente preocupado en si la cosecha de cacao se daría bien o si su niño llegaría vivo de la excursión al cenote que había organizado el chamán de la tribu.
Así que el español todo emperifollado con sus mayas, su gorguera, sus chorreras y su armadura un tanto oxidada por efecto de la humedad, le preguntó al nativo después de una breve presentación y mientras tenían acogotado al nativo clavándole varias lanzas en el cuello mientras este tragaba tierra: -Contesta en nombre de Dios  vasallo, ¿Y vuestro pueblo como se llama?- A lo que le contestó el otro un tanto cagado: - Maa yac. –Palomino, apunte que hemos descubierto la civilización maya-. ¡¡¡¡¡¡¡Susordenes mi capitán!!!!!!  Y déjeme añadir ¡¡¡¡¡Vivediós cuan apuesto y guapote esta vuecé con esa armadura que le hace tipito torero!!!!-. No me sea maricón Palomino que  no se me olvida que le pillé haciendo el trenecito con aquel marinero portugués después de asaltar ese poblado y matar a todo bicho viviente por no querer someterse a la corona-. Bueno más o menos así ocurrió. En realidad “maa yac” significa; no entiendo. Como en la anécdota del principio damos por hecho cosas que seguramente no son ciertas. Es por eso que mi teoría sobre que muchas de las palabras que utilizamos actualmente quieren decir “no entiendo” se reafirma.
Porque, ¿Quién nos dice que cuando los conquistadores llegaron al sur de Chile en concreto a la isla de Chiloé , al preguntar por el nombre de ese extraño tubérculo que hacía las delicias de los indígenas y acompañaba gran parte de sus ágapes, los mapuches les contestaron “papa” queriendo decir “no entiendo”? ¿Einnnnnngggggg?. Bueno ahí queda eso, para que reflexionéis sobre los malos entendidos. Podría continuar así haciendo referencia a los extraños nombres que tienen la mayoría de animales de la “Terra Australis” como por ejemplo wombat, dingo, walabi, ornitorrinco,  pero voy a continuar con el relato que para eso me pagan.
Después de otras 5 horas de vuelta en San Cristóbal, el conductor tuvo a bien dejarnos en la estación de autobuses para que después de una hora tomáramos el colectivo que nos dejaría en Oaxaca de Juárez ,(se pronuncia guajaca) y que los españoles bautizaron como Antequera de la Nueva España.
Ya de mañana arribamos a Oaxaca sin mayor novedad. Nuestro lugar de descanso se encontraba apenas a 2 cuadras del comienzo del centro histórico que se estaba engalanando para la celebración del día de la independencia ocurrida 201 años atrás. Pero de eso ya hablaré más tarde. Decía que el ambiente era festivo se respiraba por donde pasábamos. El zócalo se encontraba decorado con la orgullosa enseña nacional. El águila que devora la serpiente sobre la hoja de nopal. El patriotismo que estas gentes llevan al extremo de hacer el saludo a la bandera cada mañana delante del ayuntamiento, despertó en mí cierto regusto amargo sobre la falta de identidad que sufrimos muchos españoles ya que por no tener no tenemos ni letra en nuestro himno nacional.
En fin, los pelos como escarpias se me ponían al ver desfilar a los pequeños escolares cantando su himno; -Mexicanos al grito de guerra…..-. Evidentemente no es una letra pacifista y lo mejor de todo es que la escribió Francisco González Bocanegra y le puso la música un catalán llamado Jaume Nunó Roca, 40 años después de que nos echaran a patadas del país. Lo que son las cosas. Bueno de Oaxaca también guardo muy buenos recuerdos, pero a decir verdad estuvimos apenas un día que nos dio para recorrer el citado centro histórico y poco más. Dado que queríamos estar para fiesta nacional en Chihuahua, no podíamos entretenernos mucho en los lugares. Así que decidimos no visitar el  yacimiento arqueológico más importante de la zona y que es el Monte Albán. Al día siguiente nos dirigimos a Puebla.
Después de 5 horas de trayecto arribamos a la central camionera y de ahí al centro en un urbano. Bueno he de decir que Puebla se caracteriza por tener una de las más altas concentraciones de iglesias del mundo en concreto hay 365. No puedes dar un paso sin toparte con una. Todas parecen luchar por destacar en esta urbe de más de 2 millones de almas donde se aprecia una mayoría de arte barroco. A apenas 40 km se puede observar la cima nevada del volcán Popocatepelc acompañado por  el Iztaccichualt. Al igual que en Oaxaca, nuestra visita fue breve pero intensa. Dado que nos quedaban todavía dos etapas agotadoras, hicimos una breve pausa en la capital de la federación. De esto no voy a mencionar nada ya que cuando bajemos hacia el sur pararemos unos días en el lugar y la visita será más intensa.
Ya de noche un bus nos encaminó hacia Zacatecas en la zona platera de México. El clima montañoso nos recibió de mañana con un aire helado que por falta de ropa de abrigo me costó un resfriado de aúpa. Aún así, saqué fuerzas de flaqueza para recorrer el centro histórico de la ciudad coronado por la catedral con su color rosado y sus torres barrocas.
La excursión que tenía pensado hacer aquí y que se basa en recorrer una antigua mina de plata que han tenido a bien acondicionar para las visitas se tuvo que quedar en la carpeta de tareas pendientes, ya que mi precaria salud se habría  resentido más si cabe al bajar a las húmedas entrañas de la tierra. En un principio teníamos que estar solo un día en Zacatecas pero como ya he mencionado, estaba hecho una braga lo que nos obligó a prolongar la estancia por un día más.
Un poco más recuperado agarramos el transporte que nos llevaría a Chihuahua, donde llegaríamos sin novedad trece horas después……pero eso ya es otra historia. He  de decir que sin la ayuda inestimable de Fer este capítulo del blog no se podría haber realizado ya que se ha dedicado a hacer las fotos que en lugares que a mí me habría sido imposible realizar. El próximo relato será un monográfico de Chihuahua y de mi visión particular sobre la guerra de independencia que si bien la celebran desde 1810 no llegó hasta 1821. En este apretado recorrido que nos ha llevado en apenas 10 días desde la frontera de Guatemala hasta el norte de México a apenas 4 horas de los EE.UU he podido apreciar que nada ha cambiado, que la gente sigue siendo igual de amable y cumplidora que en mis dos anteriores visitas, que sin duda se nota la cercanía con el mundo civilizado y es muy extraño encontrar una carretera en mal estado o un lugar donde te cobren el doble por cualquier cosa solo por el hecho de ser extranjero. México marca la diferencia.
Después de la epopeya que ha significado cruzar centro América nos merecíamos un pequeño receso. Y en qué lugar  mejor que el que siempre me ha aceptado con los brazos abiertos. Por suerte hemos encontrado a la familia Anchondo que nos ha proporcionado el hogar que necesitábamos para así poder descansar nuestros molidos huesos antes de volver a la rutina mochilera de hacer y deshacer la bolsa, dormir en autobuses y no estar más de unas horas en un mismo lugar. Aquí me siento como en casa y nos quedaremos hasta mediados de Octubre cuando descendamos hacia el sur del país e iniciemos de nuevo nuestro periplo. Como siempre, mis disculpas por prolongar en el tiempo cada vez más estos relatos, pero lo cierto es que hay tantas cosas que hacer que no encuentro el momento. Lo dicho, como siempre un beso para vosotras, un abrazo para vosotros y nos comunicamos en breve. No olvidéis dejar vuestro comentario en nuestro blog ya que como dicen los gringos “appreciation”.
Un saludo.
Fer y Miguel

2 comentarios:

  1. Ya tiene mérito llegar la primera a los comentarios después de que estáis los 4º o 5º en Google, vamos, que os estáis conviertirndo en página de referencia en esto de los viajes, el mochileo y las crónicas. Esta la hedisfrutado especialmente, primero porque confieso (aunque era evidente) que hacía mucho que no os visitaba y porque antes, me he pasado por el face de Fernanda y he tenido hasta el gusto de conocer a la familia Anchondo (me encanta ese apellido). Estoy deseando descubrir más cosas sobre la independencia, etc...hasta pronto!!

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  2. Gracias Mónica, te extrañábamos en el blog, de verdad que ha sido una experiencia inolvidable, este lugar tiene historias nunca contadas y eso la hace aún más un misterio. Hasta la próxima.

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