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lunes, 8 de noviembre de 2010

UNA NOCHE EN EL "BOLICHE"


El ser humano puede ser imprevisible, sobre todo en cuanto a la sexualidad se refiere...

Los días van cayendo y uno no se da cuenta del paso del tiempo. Ya llevamos una semana en Buenos Aires (provincia) y parece como si lleváramos una semana. No, lo cierto es que pese a que en la provincia se vive otro ritmo, la gente no olvida sus ocupaciones ni sus obligaciones. Por suerte el tiempo nos está acompañando y esto nos permite hacer alguna que otra salida. Tampoco hacemos muchas ya que las distancias aquí son enormes, tanto es así que para llegar al centro desde nuestra actual ubicación (Martínez un municipio que limita con Gran Buenos Aires) tardamos más de una hora y media en bus. Después de aguantar las carencias del transporte público bonaerense, conseguimos aterrizar en el corazón de la capital federal. Todo fueron recuerdos de lugares que y habíamos visitado tiempo atrás. Una larga caminata nos llevó al barrio de la Boca pasando por Puerto Madero antes decadente parada obligatoria para el transporte que llegaba por mar a Buenos Aires, hoy convertido en sitio de visita obligatoria para ver el desarrollo económico del país y la  reconversión de su parte más antigua. La Boca es un lugar emblemático ,sito al final del canal que separa la ciudad del rio de la plata y no sólo por su cancha futbolera si no también por la calle dedicada al tango que tan buenos ratos nos dio el genial Carlos Gardel. Os he de decir que cometimos el error garrafal de callejear por la zona más deprimida del barrio y que tuvimos que refugiarnos en una farmacia ante la inminente amenaza que detectamos al ver que dos “negros de mierda” (no es un insulto racista, es así como denominan aquí a los “choros”, “chorizos”, “manguis”, “macarras” y demás gente de mala pinta y peor calaña sin implicar que sean de ese color) nos seguían con aviesas intenciones. Cuando se dieron cuenta de que nos habíamos dado cuenta y de la proximidad de un agente de la Policía Federal, los dos tunantes decidieron ir a por otra presa, no tan golosa como nosotros pero sí más despistada. Una vez recorrido el punto turístico por antonomasia, volvimos a casita de Ricardo, secos y seguros.


Al principio he dicho que el ser humano puede ser imprevisible y ahí va el porqué.
Ricardo me convenció para que asistiera a una fiesta “privé” (esto lo entendéis) en un local “swinguer” (esto quizás no).Me contó Ricardo que el “swinguer” es una modalidad del sexo que implica que prestes tu pareja a otra persona mientras tú te beneficias al señor o a la señora de alguien o que vayas sólo al garito y esa noche “pilles cacho por la pati”. Este tipo de locales va proliferando por la zona. Tanto es así que creí entender que le quieren denominar al lugar “Barrio Rojo” sin tener connotaciones comunistas. Al parecer todo empieza con un bailecito y con una invitación a “subir” arriba, donde hay unos reservados para tal fin. A medida que va transcurriendo la velada la gente se va desinhibiendo más y más acabando con unas autenticas bacanales de sexo consentido. El papel de Ricardo, perdón Claudia, en este local no es otro que preguntar a los menos osados lo que buscan y así emparejar a estos con su media naranja coital. Después todos se despiden con unos besitos y tan amigos. Me advirtió que la gente allá se comporta tal y como es, que se muestran de tal manera, que puedes ver  través de ellos. Entenderéis que al principio me mostré un tanto reticente a la hora de asistir a un evento donde no solo me arriesgaba a que acosaran a mi pequeña esposa si no que también temía que rompieran mi apreciada flor de loto.
Yo siempre he dicho que soy un tipo abierto y sin miedo a  nuevas experiencias y que no juzgo a la gente ni por su credo ni por su raza y mucho menos por su condición sexual, pero, no acababa de convencerme el asunto. Me dijo que allí nadie nos iba a tocar, siempre y cuando marcáramos la frontera entre la diversión y el placer. Ante tal reto decidí sacrificarme y opté por dejar a Fer en la que hasta hoy es nuestra morada temporal. Si alguien tiene que caer que sea yo. Púes dicho y hecho, Ricardo después de una dura jornada llevando y trayendo pasajeros de allá para acá, cenó un poquito se metió en el baño desapareciendo por un prolongado espacio de tiempo que lo llevó a aparecer siendo Claudia. A medida que nos acercábamos al local en su Renault 12 de 1982 ( un vehículo indestructible ), en mi imaginación saltaban una y otra vez imágenes que me llevaban a un lugar tétrico, angosto , oscuro, lleno de monstruos deformados, de hembras y efebos desnudos paseándose por la sala ,royo…. ¿os acordáis en esa escena de 300 cuando al jorobado le ofrecen quedarse en la sala del rey ese tan machote y hay un montón de seres raritos, a cambio de traicionar a esos soldados tan guapos y bien hechos?, púes eso, así veía yo en mi imaginación el local. Después de soplarme 50 pesos (gracias a Claudia, porque el precio real eran 100) descendí a los infiernos de mi divina comedia particular por unas empinadas escaleras que me llevaron a una sala. Claudia haciendo de Virgilio ¿o seria Beatriz? me mostró primero la parte de abajo. El “Moon” es un “boliche” de lo más normal, bar, pista de baile y escenario con una barra en vertical que me sugirió que allí hacían algo más que despendolarse. Alrededor de la pista se encuentran unos cómodos “soffas” donde a medida que avanza la noche los menos pudorosos se dedican a lo suyo separados de la pista por una cortina negra. La parte de arriba ya es otra cosa, también hay reservados, pero más amplios que pueden acoger hasta 10 personas. Hay que recordar que también existe la posibilidad de mirar sin participar, y para esto hace falta espacio. Sentado al final de la barra, espalda apoyada en la pared, esperaba a que se ambientara el local mientras Claudia iba y venía recibiendo a los invitados. Enrique era la  persona que atendía a la barra, un tipo afable, cuyo hobby era descargar la serie “Los Hombres de Paco” para mondarse de risa y visualizar una y otra vez “El milagro de P.Tinto”. Como coincidiríamos al menos en una de sus dos aficiones (el cine) me atendió estupendamente. Mientras su esposa tremendamente simpática, se dedicaba a servir los refrigerios demandados por la clientela. El local se fue llenando y yo fui conociendo a los habituales del mundillo del “swinguer”. Todo bien, la gente se comportaba correctamente con mi persona y excepto alguna insinuación muy leve nadie invadió mi espacio vital. Un par de “strippers” realizaron su faena, alegrando la vista a este contador. La jornada se fue animando de tal modo que en un momento dado la mujer de Enrique se acercó y me dijo -mirá- apartando un poco la cortina que tenia a mi izquierda, allí se encontraba una chica que me habían presentado hacia apenas 20 minutos, haciendo “cositas” con un moreno que poco antes se posicionaba en el lado opuesto de la barra. Mientras, los viajes de Claudia a la parte superior del “boliche” se iban sucediendo –siete –me dijo- ¿siete qué? le pregunté –siete a la ves se está cogiendo la flaquita de antes-. Bueno, mejor para ella pensé. Sobre las 4:30 la gente fue abandonando el lugar despidiéndose con besos y achuchones y nosotros hicimos lo mismo.-¿Que te paresió el boliche?- Interrogó Claudia.-Bien- contesté yo-buena gente, buen ambiente, pocas veces digo no a algo, aunque no creo que me preste a ello alguna vez. Mi perspectiva del sexo es más intima, no sé como reaccionaria si me estuvieran mirando mientras realizo el acto.
La conclusión que saqué al final de la noche, es que los prejuicios son como las hemorroides que no te das cuenta de que existen hasta que no te pica el culete.Un tipo como yo que siempre se ha jactado desu falta de prejuicios, se hizo una pelicula que no se ajustaba a lo que después es la realidad y además que hay gente a la que no le molesta que la miren en una acción a mi entender tan privada como es el sexo convencional o que les da igual 8 que 80 no importa como seas en tu vida habitual, si luego eres honesto contigo mismo y aceptas tu sexualidad con naturalidad. Por otra parte mis temores sobre el comportamiento de estas personas quedaron en el olvido, de tal manera que si tengo la oportunidad de asistir de nuevo a un evento de estas característica, no dudaré en pedir a Fer que me acompañe, púes esto no deja de ser algo natural para ellos e inocente para una persona que como yo, tiene claro o que le gusta y lo que no.
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Agradezco gratamente los comentarios que vais incorporando a este blog y por supuesto gracias a la gente que se ha agregado.
Un saludo para tod@s.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Ricardo y Claudia: Una vida paralela.

El ser humano no deja de sorprenderme;
Conocí a Ricardo la primera vez que visité Buenos Aires, acababa de tener una mala experiencia el primer día de estancia en esta mega-urbe.Muchos conocéis la historia , pero permitidme que la explique de forma de resumida para los neófitos en mis aventuras viajeras;
De forma casual o intencionada, me habían atropellado ( nada grave) y alguien que me atendió en el lugar no sólo me alivió la presión de haber salido rebotado como un balón de Nivea si no que también me alivió del peso de mi móvil y mi cartera dejándome como se dice vulgarmente, en bolas ( económicamente hablando ) y con la moral por los suelos. Tenia dinero sólo para una botella de agua y debía esperar tres días a que visa me enviara dinero en efectivo .Me alojaba en Av. de Mayo en el hotel Reina. Lugar muy cómodo y barato. Dadas las circunstancias decidí refugiarme en la habitación hasta disponer de cash para poder moverme, llegué a pensar que tendría que acabar comiéndome el yeso de las paredes. Me dirigí a un quiosco de la misma avenida y allí me atendió una persona que sin conocerme, y al saber de mi desgracia pasajera, decidió protegerme bajo su ala hasta que mi situación mejorase. Esta persona era Ricardo Jensen, de ascendencia danesa y con un completo currículo de historias para contar para quien quisiera oirlas.En ese momento se forjó una amistad que dura hasta el día de hoy. Ricardo es una excelente persona y siempre a su lado Laura su esposa a quién mi amigo le tiene devoción. 
Después de un trayecto más corto de lo pensado, arribamos a Buenos Aires sin novedad. Contactamos con Ricardo que vino a buscarnos al aeropuerto temprano, muy temprano. Durante estos cuatro años hemos mantenido contacto telefónico e “internético” y nos ofreció su casa para el tiempo que estuviéramos en la capital.
A lo largo del trayecto, me explicó como el quiosquito en el que habíamos pasado tan buenos momentos se había quedado en el camino y que actualmente conducía un remis ( taxi particular ) y en ocasiones se dedicaba a realizar espectáculos en eventos varios acompañado de una tal Claudia. Tan grande resultó el éxito de Claudia ,que había salido varias veces en la televisión nacional en el programa de una de las más glamorosas presentadoras de la caja tonta.
Cuando por fin estábamos instalados en su preciosa casa sita en Martínez ( una ciudad limítrofe de la capital ), le pregunté por su amiga Claudia, -un momento que se está arreglando- me dijo. Voy a buscarla. A los pocos minutos apareció Claudia. Pelo rubio, figura de hembra fuerte y ademanes extremadamente femeninos. He de reconocer que al principio creí que mi vista ( cansada ya por años de lectura nocturna ) me engañaba, pero a medida que Claudia se acercaba noté cierto aire familiar en ella.-Acá estoy- dijo, -¿cómo estás lindo?- preguntó. Cacahuete, así me quedé, como un cacahuete, paradiiito, paradiiiiito.Claudia esa mujerona que me había cogido la mano tan dulcemente y cuya feminidad rebosaba por todos sus poros, no era otra que Ricardo. Después de la sorpresa inicial, esta volvió a introducirse en la casa para aparecer nuevamente como Ricardo. No podía más que mostrar mi admiración después de conocer la historia que llevó a Ricardo a crear a Claudia. 
Después de dejar el negocio que lo había dejado sin un peso ( poco ingreso, mucho gasto ) no había tenido otra que ponerse a buscar cartones. Después de unos dia realizando esta labor, un amigo le propuso conducir un taxi. El titular del taxi le exigía un pago que muchas veces excedía con creces las ganancias obtenidas a lo largo del dia. Ya expliqué, que Ricardo tiene una habilidad pasmosa para contar chistes e historias graciosas, tanto es así, que otro amigo le propuso participar como animador en un cumpleaños haciendo por lo natural lo que otros han de forzar actuando. A partir de ese momento, le fueron saliendo “bolos” que complementaban el paupérrimo sueldo que le proporcionaba el taxi. Posteriormente, de nuevo, un amigo le comento que podría trabajar en una empresa de remises, estos trabajan por kilómetro y no por pasos de taxímetro y garantizan cierto nivel de seguridad económica que no te proporciona el taxi convencional. Así pues, Ricardo me contó su historia hasta la actualidad, dedicando su tiempo a trabajar duro en el remis, sus espectáculos y atendiendo a su esposa. No, no penséis mal. Ricardo me cuenta que lo de Claudia fue un parto natural, nacida de la necesidad que aprieta tanto que llega un momento que se te quitan las manias a la hora de hacer lo posible para sobrevivir. Claudia es un personaje que interpreta mi amigo, no hay ningún factor de desviación sexual en su comportamiento. Ricardo es Ricardo, un tipo de 53 años de lo más normal si lo ves por la calle que trabaja en el remis, y Claudia es Claudia una mujer madura, llena de simpatía y saber hacer, respetuosa con los caballeros y brava con los tipejos sin clase. Al parecer el éxito de Claudia radica en los tabús que arrastra la sociedad argentina. A el le va bien, no hay confusión que valga, es más, mi amigo me cuenta que cuando Claudia aparece, Ricardo desaparece y viceversa. Lo que realmente le atrae de esta faceta, es el poder que ejerce sobre los hombres ,ya que me cuenta que hay muchas cosas que hace o dice Claudia que de decirlas Ricardo le costaría caro, que si hay una cosa que tienen los argentinos, es que a la mujer no se le toca la cara. Han sido muchos los individuos que han intentado acceder al secreto de Claudia y hasta el dia de hoy ninguno lo ha conseguido. Es por eso que digo que el ser humano no deja de sorprenderme. En este caso de manera tan positiva.
"Si querés conoser a Ricardo y Claudia, te metés en youtube y clicás el link que paso a continuasión... http://www.youtube.com/watch?v=nGd_UiAYt0w. Allá podrás encontrar varios de los videos que se han colgado sobre ellos. 
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