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lunes, 7 de marzo de 2011

En el pais de los ciegos.........

Saludos. Bueno, bueno...pues aquí seguimos, trabajando a full y esperando que llegue el deseado invierno para que baje un poquito el trabajo e iniciar nuestras vacaciones dentro de nuestras “vacaciones”.
Sorprendido estoy, cada día más con la idiosincrasia misionera. Me explico. Generalmente cuando visitas un lugar, no te da tiempo a entender a la gente que vive en el. Es solo cuando convives con ellos por un tiempo relativamente prolongado cuando empiezas a ver matices que de otro modo no detectarías. En mis viajes siempre me he vanagloriado de que me gustaba mezclarme con la gente del lugar o "nativos" y vivir sus modos y costumbres. En este lugar me he topado con una realidad muy cruda. En la fantástica obra de arte de Ridley Scott, Blade Runner, el replicante Roy Batty (Rutger Hauer) ante la llegada inminente de su  muerte, le confiesa al cazador Deckard (Harrison Ford) en el famoso monólogo; "Yo he visto cosas que vosotros nunca creeríais". Pues aquí pasa algo parecido. No, no he visto atacar naves en llamas mas allá de Orión, ni he visto Rayos -C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhauser. Lo que aquí he visto supera de largo todo eso.

Siempre me he considerado una persona bastante normal, nunca he destacado ni por mi inteligencia ni por mis conocimientos que han sido adquiridos a lo largo de años de viajes por el mundo y de las experiencias que de ellos he sacado. Naturalmente hay muy pocas cosas que me sorprendan hoy en día. Pero aquí resulta que nada más llegar me ofrece un puesto de trabajo de una  responsabilidad enorme, alojamiento y comida incluidos. Comencé haciendo auditorías internas relacionadas con el control de calidad posteriormente mi labor se desarrollo más allá convirtiéndome en una especie de cargo adjunto a la gerencia de tres establecimientos hoteleros. Al principio, claro, mi ego subió como la espuma ya que me consideraba afortunado. Primero por saber que podía hacer algo diferente después de estar más de diez años dedicándome a lo mismo y también por la capacidad de respuesta que ofrecía al que hasta este momento es mi superior. Me estoy refiriendo a Frank. 

Frank es un tipo afable y divertido con 33 primaveras en la chepa y con una afición tremenda a la cerveza. Su caso es muy curioso. Después de salir de su Bélgica natal, su destino fue casualmente Mont Roig del Camp donde estuvo trabajando como animador en un camping. Ahí fue subiendo de nivel hasta convertirse en gerente del mismo. También ahí conoció a su actual esposa; Yamila, que voló a España con la esperanza de mejorar su situación laboral y económica. Luego la crisis los obligó a tomar la determinación de migrar de nuevo hasta Argentina de donde ella era oriunda y más concretamente a Puerto Iguazú. Casualmente la cadena de hostels donde ahora trabajamos necesitaba un gerente para gestionar los tres establecimientos que tenían en la zona. Casi un año después nuestros caminos se cruzaron.

Hablaba antes de la sensación de bienestar que me causaba el hecho de estar situado jerárquicamente a solo un escalón de Frank sin que nadie más pudiera influir en mis decisiones convirtiéndome así en su mano derecha. Pero, también sentía el resquemor que me dejaba pensar sobre el por qué había sido yo y no otro el elegido ya que había depositado su confianza para un cargo de responsabilidad a una persona que no conocía de nada.
Aprovechando nuestra común filia al zumo de cebada, acometí estas cuestiones disparando a matar como es mi estilo. Ante mis preguntas, Frank dio un trago a su Isembeck miro la botella vacía, después a mí, soltó un sonoro eructo y me dijo “Es lo que hay”.

Es lo que hay. Frase lapidaria que está marcando mi estancia en este lugar. Me comentó que cuando llegó, estaba lleno de ideas y proyectos para mejorar la calidad del servicio que en esos momentos se estaba ofertando en el lugar. Poco tiempo después, su ímpetu se fue diluyendo como el azúcar en el café. Se topó con tantas paredes que decidió tomárselo todo con un poco más de calma. Si no puedes con tu enemigo, no te unas a él, pero tampoco luches contra la corriente pues terminarás ahogándote.
Este es un lugar donde para que te hagan una simple reparación en un aire acondicionado tardan de uno a dos meses. Es lo que hay.
Donde los proveedores te entregan el producto no cuando tú lo pides si no cuando a ellos les viene bien entregarlo y casi nunca aciertan con las cantidades o con el propio producto. Es lo que hay.


Las gentes de esta pequeña ciudad (sin generalizar, siempre hay excepciones aunque las que menos) que recibe cerca de dos millones de visitantes al año para admirar la joya de la corona de los atractivos de este país y que no es otra que las cataratas del rio Iguazú, se han ido embruteciendo por una nefasta política educativa y por el mero hecho de que aquí casi nunca falta trabajo. Y que si no quieren trabajar no hay problema, la política social de la segunda Evita personificada en Cristina (viuda de Kischner)te dará una subvención para que puedas ir sobreviviendo sin problemas. Esto lleva a que se cree una clase social que está rozando siempre el umbral de la pobreza pero que son votos para el futuro ya que los unos dependen de los otros. Es lo que hay.


La “lógica” del misionero te lleva a pensar que si trabajas en un bar y consideras que tu sueldo no está acorde con las expectativas que tenias, no te queda otra que robar a manos llenas. Y no te preocupes porque si al empleador se le ocurre despedirte por este hecho se verá obligado a pagarte una generosa compensación. Es lo que hay.
Si tu puesto es el de mantenimiento y la empresa decide pintar el hostel, tu “lógica” te dice que no te cortes y pilles 50kg de pintura para redecorar el exterior de tu chabola sin importarte que el gerente lo pueda ver. Es lo que hay.
En el caso que tu puesto esté en cocina tu “lógica” de dice que cada noche te lleves algo de la despensa; pollo, ternera, leche, verdura ya que el empleador está obligado a alimentarte a ti y a tu familia y con tu sueldo no basta. Y no te importe que haya una cámara grabándolo todo ya que como sucede en el primer caso, si te echan te irás con una jugosa compensación económica. Es lo que hay.
Si trabajas en el sector limpieza y encuentras una bolsa de ropa que un pasajero ha dejado para que se lave y una vez limpia no se recoge, tu “lógica” te dice que te la lleves a tu casa y la utilices, pero ah!! Cáspita resulta que la bolsa de ropa no es de un pasajero si no de un compañero que se ha marchado de vacaciones dos semanas y que cuando ha vuelto y te ha preguntado por la ropa le has dicho que se ha tirado a la basura.
Esa misma “lógica” hace que le des la ropa a tu chaval que casualmente es compañero de trabajo del perjudicado y que tu chico se la ponga para acudir a su puesto y que el perjudicado se quede de cacahuete al verle lucir tipito con una camiseta lila con tachuelas brillantes que forman el rostro de una dama que hasta hace dos semanas había sido suya. Es lo que hay.

En realidad lo que ocurre aquí a un nivel tan bajo se extrapola al ramo político. Imagina que eres alcalde de esta población, que recibes una subvención estatal para pagar a los sueldos de los funcionarios municipales. Ya que al parecer con los impuestos no tienes suficiente.
Tu “lógica” te dice que repartir esos 50.00 € entre los empleados municipales, no los va a hacer ni más ricos ni más felices, pero piensas en lo bien que le sentaría a tus posaderas el tacto de un sillón de piel de una Harley Davinson y ni corto ni perezoso encargas dos, una para ti y otra para tu secretario que es muy buen tipo y te cubre el culo cuando te vas de fulanas al Cristal (famoso lupanar del lado brasileño que hace gala de tener auténticas modelos al que no he tenido el gusto de ir, ni volveré nunca jamás). Y eso delante de las narices de los funcionarios que no les queda otra que sacarse un sobre sueldo sobornando a los suicidas que aquí llaman conductores. Es lo que hay.
Y si hablamos de los taxistas, su “lógica” les dice que antes de acudir a un servicio termines la partida de Play Station que estás jugando. Es lo que hay.

Podría estar hablando hasta completar varios tomos, pero no lo haré. De momento.

Es lo que hay. En realidad esta ciudad de 60.000 almas, se podría llamar perfectamente Puerto Es lo que Hay que no pasaría nada. 


Es por estas razones y no otras por las  que Frank decidió ofrecerme este puesto de trabajo. No por mi proverbial sentido del deber o por mi diligencia, eficacia o eficiencia, si no, si amigos…. porque no soy de aquí. Así que se aplica el dicho; en el país de los ciegos…..el tuerto es el rey. Esto quizás tendría que dolerme, pero no es así. Que me quiten lo bailao. De momento aquí estoy bien, pero no tengo intención de prolongar mi estancia más allá de lo que me pida el cuerpo. Y os preguntareis ¿Por qué demonios explica esto en un blog de viajes? Muy fácil, porque esto ES LO QUE HAY.
Como en el film al que he hecho referencia, me queda la esperanza de saber que cuando me marche de aquí “todos estos momentos se perderán como lágrimas en la lluvia”.

Seguid nuestras aventuras en Mochilerosviajeros.blogspot.com

Un Saludo enorme para vosotros y un beso gigantesco para vosotras.

Fernanda y Miguel.